Ximena Cousiño

Pequeños Modelos en gran Formato

No es insignificante la conciencia , cada vez más universal , de que el dibujo ha dejado de ser considerado como mero soporte preparativo para la obra. Se le ha aceptado cada vez más dentro de las colecciones de obras terminadas, valiosas en si por la obligatoria cercanía que tiene de la voluntad primaria y de la imposibilidad de esconder , ya sea el ¨error¨ o la fibra más íntima y escondida de nuestro subconsciente. Tampoco el dibujo esconde las falencias técnicas o el nivel arquetípico que uno ha alcanzado. En pocas palabras, el dibujo es la expresión más sincera de nuestro mundo interno, y de nuestra manera de percibir el mundo.

No es insignificante la conciencia , cada vez más universal , de que el dibujo ha dejado de ser considerado como mero soporte preparativo para la obra. Se le ha aceptado cada vez más dentro de las colecciones de obras terminadas, valiosas en si por la obligatoria cercanía que tiene de la voluntad primaria y de la imposibilidad de esconder , ya sea el ¨error¨ o la fibra más íntima y escondida de nuestro subconsciente. Tampoco el dibujo esconde las falencias técnicas o el nivel arquetípico que uno ha alcanzado. En pocas palabras, el dibujo es la expresión más sincera de nuestro mundo interno, y de nuestra manera de percibir el mundo.

Me encontré eso si, ante una imposibilidad real: la poca disponibilidad de tiempo de los niños para posar. Necesitaba trabajar a veces más de ocho horas seguidas. En consecuencia me vi forzada a utilizar la fotografía en algunos cuadros. Pude por lo tanto analizar la diferencia entre usar o no el recurso fotográfico al fin de cuentas la gran diferencia consiste en que un modelo se mueve, y la foto no. Sin embargo, la problemática del dibujo permanece igual: línea, luz, ritmo, pasajes, coherencia, etc. Básicamente se resuelven problemas plásticos y el parecido pasa a segundo plano.

En los trabajos en que me vi forzada a utilizar fotos, hacía los primeros dibujos del natural y cuando la sesión estaba terminada realizaba varios registros para poder seguir trabajando. Esto permitía a los niños tomar ese aire de tedio y la pose propia de los grandes retratos de la historia.

Me propuse que la fidelidad al modelo también sería vulnerada por la ampliación de la escala. Este punto fue central dentro de mi proyecto, ya que fue el agigantamiento de las figuras infantiles lo que me permitió alterar la percepción normal del espectador y sacar a las imágenes del registro convencional que se ha hecho de los niños, dotándolos de una solemnidad y misterio propios del mundo adulto. Disfrazados y enormes, los niños aparecen entonces como seres atemporales, imposibles de clasificar en un momento o lugar, que se relacionan iconográficamente con los retratos de personajes históricos, representantes del poder, la riqueza o la sabiduría

El dibujo, que en un principio servía de soporte y complemento al óleo, se transformó así en protagonista. En vez de óleos estaba realizando carbones y , por lo tanto, había que carbonizar el dibujo al máximo. Fue el desafío más complejo del proyecto. Un proceso que creo, recién comienzo a dilucidar, el rescate de lo que se encuentra debajo del óleo

Ximena Cousiño 2012

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